3.07.2006

Los deseos suicidas de una poeta al descubierto



A veces el talento está muy cerca de la locura. A veces la escritura es una forma de salvar la vida. A veces, salvar la vida es sólo una forma de retrasar lo inevitable. Y, a veces, el suicidio es lo inevitable. Es el caso de Alejandra Pizarnik, una mujer que, tras escribir una de las obras más importantes de las letras latinoamericanas se quitó la vida con 36 años.
“Aparentemente es el final. Quiero morir. Lo quiero con seriedad, con vocación íntegra”. Esta es una de las notas que Pizarnik dejó escritas en su diario un año y medio antes de morir, en 1972. Desde entonces ha ido adquiriendo poco a poco naturaleza de mito y perfil de leyenda. Autora de culto, venerada por varias generaciones de lectores.
El tormento de estar viva
Su poesía es bien conocida y en España ha sido íntegramente publicada por Lumen, pero ahora, esta editorial publica sus ‘Diarios’, 500 páginas en las que la escritora anota sus reflexiones más íntimas, sus miedos, su angustia, su difícil relación con la vida.
Estas páginas, hasta ahora inéditas, no son sino el testimonio de una vida atormentada, del dolor intenso que puede producir la sola existencia. “¿Y por qué vivir?” se preguntaba esta escritora con 21 años. Sus diarios no dan respuesta sus dudas existenciales y, en este sentido, no serán aclaratorios para ningún lector. En cambio, permiten entrar en el laboratorio de la obra poética de una mujer que se vivió asomada al abismo, con el único sustento de la escritura como salvación.

Un viaje a través del miedo
Los diarios de Pizarnik introducen al lector en el interior de un ser humano, como si se tratara de una inmensa ballena dentro de la que se puede respirar, observar y conocer. La sensación de no poder ser amada, el terror de la soledad, la imposibilidad de comunicarse con los otros –tan paradójicamente presente en muchos escritores- y la conciencia de su propia neurosis son algunos de los traumas humanos por donde nos hacen viajar estos ‘Diarios’. Un viaje imprescindible para conocer las entrañas de esta poeta, pero también para todos los interesados en adentrarse en la locura que lleva pareja la creación. Y en el dolor que lleva parejo la sensibilidad que requiere el talento artístico.
La oportunidad de tener estos ‘Diarios’ entre las manos se la debemos a otra mujer, Ana Becciu, máxima especialista en la obra de la poeta argentina, que ha llevado a cabo una selección de los diarios originales -un manuscrito monumental- a fin de publicar lo más esencial del pensamiento literario de la autora.

NURIA LABARI.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Para muchos escritores el plasmar en papel su sentir es una pequeña esperanza que va más allá de cualquier vacío.

Anónimo dijo...

...¿komo no me extraigo las venas y hago kon ellas una eskala para huir al otro lado de la noche?

larosaroja dijo...

Gracias! Llegué aquí buscando algo sobre los Diarios de Alejandra ya que aquí en Argentina todavía no están y me gustó leer su maravilloso post. Saludos