12.19.2005
el que muere: no muere
La noche apuesta ala fatalidad, y pierde. Hay espacios en los que la vanidad desarrolla espejos: nunca muere el que posee el reflejo. Si hay instantes en los que la memoria atrae sensaciones, se destruyen con un entretenimiento casi placentero y masoquista, entonces dónde está la máscara?!
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